
Imagino, empero, que hay un nutrido delta
de espectadores que encontrarán excelsior!
F.A.K.K. 2. Personas con gusto muy
tolerante, y elevados niveles de testosterona, que se contentan con este
decantado de violencia extrema pero bastante absurda, motivada por uno de los
Grandes Argumentos Narrativos: la venganza.
Ésta parece justificarlo todo. Esta vez,
los disparatados desmanes dibujados y animados en pos tanto de nuestra atención
como de una interesante recaudación que lucrara a los aventureros
Eastman/Bisley.

Un vigoroso andamiaje mas un poco
locamente ensamblado que irrita el rigor de quienes se matan intentando
presentar una historia con la mayor coherencia posible como manifestación de
profesionalidad.
F.A.K.K.
2 corre el riesgo (y
suerte, parece), de Tygra, el fallido proyecto de Balshi/Frazetta, que, desde un lienzo fantabuloso de pinturas y bocetos cautivadores (obra de Bisley, en
este caso), luego en fotogramas flojea; aun decae. Pierden la garra de la
imagen fija que permite al lector imaginar pagos y hechos que luego no tienen
reflejo en la pantalla.

Pero, para dar contenido a la reseña,
digresión sobre la médula de F.A.K.K. 2.
John Ford, el hombre que hacía
westerns, declaró que la venganza prueba a su ejecutor. Son palabras
interesantes. Deben ponderarse cuidadosamente.

Pero henos aquí, en el momento de
ejecutar la venganza. El ofensor, a tiro. En idóneas condiciones. De película.
(Esto también merece valorarse. El cine, la ficción en general, ha contribuido
notablemente a relativizar la violencia. Su efecto. Hace que la venganza sea un
trámite simple como expedir una carta. Esto imposta en la mente del colectivo.)
¿Atacamos? O, en el último momento, ¿retrocedemos?

Pero… ¿y luego? O más propiamente: tu
condición moral ¿soportará la secuela? Has sido víctima de una notable ruindad.
El acto delata la condición del ofensor. Su inclinación al Mal. Alguien que
procede así puede vivir de ese modo pues la vileza es su auténtica naturaleza.
¿Puedes tú? ¿Qué futuro tormento íntimo produce
saber que has caído a su nivel? La venganza prueba a su ejecutor. ¿Hasta dónde
estás dispuesto a llegar; tienes la constitución capaz de realizarlo; de
soportar después posibles remordimientos?
Imagino que hay venganzas y venganzas.
Algunas no se ejecutan por mor de ese último escrúpulo moral. Mantener la paz
de espíritu. El respeto ajeno. Se confía, quizás bien, quizás neciamente, en
que un Poder Sobrenatural Superior se encargará. Otras venganzas, empero, son
inexcusables. Tasado el grado de daño recibido, se sepultan los escrúpulos y se
actúa. Tal vez después encontremos cómo sobrellevarlo. Un argumento plausible que
nos concilie con nosotros mismos.

Esto es cuanto contiene F.A.K.K. 2. Peleas, escenarios
‘exóticos’ alienígenas y un relente de argumento. Precario riel por donde
circula un producto deleznable, únicamente notable por las soberbias pinturas
de producción de Bisley destinadas a su publicidad.